El disco que esperó 23 años – La Nación

Marián Farías Gómez dice que su nuevo disco, Para ir a buscarte , la esperó 23 años. Por fin volvió. Marian al disco, y no al revés. Porque a eso se refiere la cantora. Ni siquiera fue como volver a subirse a una bicicleta después de varias décadas porque Marian no dejó de cantar, sólo de grabar. “Después de mi último disco quedé muy enojada porque al momento de volver a grabar me dieron una lista de canciones que debía cantar, el resto las podía elegir yo. No grabo nada más, dije. Y así fue”.

A los 19 años Marián ingresó al grupo los Huanca Hua -integrado por sus hermanos Chango y Pedro- en reemplazo de su primo Hernán Figueroa Reyes. Realizó giras por el exterior, participó en muchos espectáculos folklóricos, se exilió por su militancia peronista, durante la dictadura, y grabó hasta 1986 casi una decena de discos como solista, con los Huanca Hua y con su hermano Chango y Manolo Juárez. Desde la década del noventa pasó muchos años dedicada a la función pública, aunque ella prefiere decir “gestión cultural”, porque así no suena antipático. Además, asegura que no trabajaría en otro tipo de área del Estado que no sea la de cultura. “Zapatero a tus zapatos. Creo que debemos gestionar desde la cultura. No me parece mal que un músico sea diputado, y que trabaje por la cultura desde ahí. También creo que debemos tener un ministerio de cultura, no una secretaría. Espero que vayamos hacia eso. Soy un ente político, como lo somos todos, pero lo que a mi me corresponde es la cultura”, dice quien durante muchos años fue responsable de la Dirección de Folklore de la Provincia , Buenos Aires y actualmente es directora provincial de Patrimonio Cultural.

-Volvamos al disco, Marian. Seguramente tenías más de 14 temas para grabar, después de tantos años sin publicar.

-Tenía 40 seleccionados. Y quedó una síntesis. Volví a grabar “Para ir a buscarte”, que también incluí en el último álbum, de 1986. Puse cinco chacareras, ya que siempre dicen que canto muchas chacareras. Este disco ha tenido muy buena respuesta en la gente joven. Soy una mina grande y ver que los chicos se copan me demuestra que sigo en el mismo camino que empezamos hace mucho tiempo los Farías Gómez, aunque otros se adjudiquen la modernidad.

-¿Quiénes, son salteños, tucumanos?

-Santiagueños. No importa quienes. Pero hay muchos que hablan de los que cambiaron el folklore. Pero el único que cambió el folklore radicalmente, vocal e instrumentalmente, se llama Chango Farías Gómez [su hermano], le guste a quien le guste. Fue el primero que metió baterías, guitarras enchufadas; y el primero en ser vapuleado en Santiago del Estero. Ahora lo adoran. Por eso me río.

-Ustedes son porteños, ¿eso les generó algún rechazo?

-Nacimos en Buenos Aires pero somos de familia santiagueña. Nos criaron como nos hubieran criado en Santiago del Estero. Yo amo Santiago.

-¿Cómo te escuchás ahora, en relación al disco anterior, de hace más de dos décadas?

-El otro día, durante una entrevista con Cadena 3, pusieron la versión de “Para ir a buscarte” del disco anterior, y la de éste. Está en la misma tonalidad pero no es la misma voz. Me gusta más ésta. Gané madurez interpretativa, crecí interiormente.

-Tu nuevo disco aborda varios temas: el hecho de estar lejos (“Exiliados”, “Serenata para la tierra de uno”) y de no estar, con las referencias a los angelitos.

-Tiene mucho que ver con mi vida, estuve exiliada, amo a esta tierra, creo profundamente todo lo que dice la “Zamba del ángel”, todo tiene que ver. Y también están esas chacareras profundas, tan santiagueñas, tan de mi raíz original. Todo eso tenía que ir junto. Pero no lo pensé, salió.

-¿Recurrís más ahora a estas canciones que a mediados de los 80?

-Era otra época. Eramos tan felices todos porque habíamos vuelto a la democracia. Una de las cosas más lindas que hizo el gobierno de Alfonsín fue llevar la música y el teatro a las plazas. Cada vez que me acuerdo de eso, me emociono. Tal vez no tenían tanto sentido estas canciones. O sí, pero de alegría. Habíamos empezado a ser libres. Nunca trabajé tanto como durante el gobierno de Alfonsín. El pueblo estaba con ganas, y el gobierno también, de que el arte saliera a las calles.

-¿Y ahora?

-Bueno, yo apoyo totalmente este modelo. Faltan muchas cosas, pero se han hecho muchísimas. No entiendo esta guerra de la oposición tan salvaje y me duele. Porque no es hacia el Gobierno, sino hacia el pueblo. Si el pueblo no está de acuerdo, cada cuatro años el gobierno cambia. Me gusta que Cristina se haya postulado para una nueva temporada, por decirlo artísticamente.

-¿Y tu temporada?

-Haremos una presentación del disco a mediados de agosto en Buenos Aires. También en Córdoba, Rosario y en Santiago del Estero. Soy cabeza dura y quiero presentarlo en Santiago.

Revolucionarios

De 40 temas posibles, Marian Farías Gómez tuvo que elegir 14 para el disco. Dice haber cometido un grave pecado: “En todos mis discos hay temas de Adolfo Abalos y de Yupanqui. Y acá no hay ninguno de Atahualpa”.

-Abalos aprendió a tocar la batería a los 60 y su espectáculo más maravilloso fue cuando tocó con Salgán y “el Mono” Villegas. No recuerdo el nombre.

-El piano en sus tres dimensiones.

-Ese. Adolfo tocaba folklore; Salgán, tango, y “el Mono”, jazz. Los Abalos fueron innovadores. Atahualpa, también: trajo la canción social. Hasta entonces sólo se le cantaba al paisaje. Cada uno fue revolucionario en su época.

 

Via: La Nación